Tres menores que portaban armas de fuego, escondidas
en sus mochilas, fueron intervenidos minutos antes de matar a Elvira Gutiérrez.
Trabajo por el que se Les iba a pagar 2,500 mil dolares.
Sin importar su condición de niños, el padre
de uno de los menores, contrató e este grupo de jovenes para cometer un crimen.
Agentes del Grupo de Inteligencia Terna intervinieron ayer a tres escolares que
iban a cobrar 7 mil soles por asesinar a balazos a la presidenta del Centro
Comercial Polvos Azules, Elvira Maribel Gutiérrez Chacón, en Perú.
La presidenta del centro comercial Polvos
Azules se salvó de ser asesinada por tres escolares -dos de catorce y
uno de quince años- quienes fueron intervenidos con armas de fuego por agentes
del Grupo Terna en las inmediaciones del centro comercial en el distrito de La
Victoria.
Asimismo, denunció que no es la primera
vez que atentan contra su vida y pidió garantías para ella y su familia.
"Desde asumí el cargo he sido víctima de
extorsión, a mi casa han ido a disparar, han querido secuestrar a mis hijos y
al final lo denuncié a la 43 Fiscalía pero lo archivaron. Supuestamente las
llamadas salían de Piedras Gordas pero quedó en nada", expresó.
Los menores fueron sorprendidos cuando se
aproximaban al referido establecimiento –ubicado en la avenida Paseo de la
República, cerca del Palacio de Justicia–, lugar donde, según la Policía, iban
a consumar el homicidio.
El singular grupo fue detectado cuando se
desplazaba por el pasaje Miguel de los Ríos, que da a una de las puertas
laterales de Polvos Azules, zona por donde se accede más rápido a los ambientes
administrativos que ocupan los dirigentes del citado emporio comercial.
Al primero se le incautó un revólver de cañón
largo que tenía el tambor lleno de munición. El otro chico de la misma edad
portaba una pistola automática calibre 9 milímetros debidamente abastecida.
En tanto, en poder del quinceañero se
encontró una cacerina especial con 16 balas tipo 'dum dum' que tienen la
peculiaridad de explosionar al hacer contacto con el blanco.
Sin embargo, dos de los tres menores fueron
liberados. A pedido de la fiscalía, los dos adolescentes de 13
años fueron devueltos a sus padres.
El otro implicado, de 15 años, fue
puesto a disposición del Ministerio Público y sería internado en
Maranguita.
Según la penalista, Romy Chang, esta
medida puede ser aplicada pero no es la correcta debido a que los mismos
adolescentes han confesado la tentativa de homicidio.
"Al ser menores de edad son juzgados
a manera de infracción y no de delito. Entonces, ellos pueden ser
entregados a sus padres hasta que continúe el proceso y se llegue a una
sentencia o, por el contrario, pueden esperar el fallo en un centro de
menores", explicó.
No obstante, refirió que aunque este proceso
debería ser rápido, suele demorar entre seis meses y un año. Incluso,
algunos abogados tratan de extenderlo hasta dos años, tiempo en que
la infracción expira y el caso pasa a ser archivado.
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