El gobierno chileno confirmó que la bomba se
encontraba en una papelera metálica ubicada en un local de comida rápida en una
estación del Metro de Santiago. La policía investiga quiénes son los autores
intelectuales y materiales.
Los heridos subieron a catorce, tres de ellos
graves, tras la explosión ocurrida en un local situado en un subcentro
comercial contiguo a la estación Militar del metro de Santiago.
Esto se dio a conocer tras las pericias de Carabineros, los afectados han sumado catorce, pero ahora tres de ellos se encuentran con heridas de consideración.
Según los doctores, una las tres afectadas con heridas graves es María Silvia del Carmen Novoa Espinoza (67 años), con fractura expuesta en tibia derecha; Benjamín Ulloa Correa (24), con fractura de pelvis y un ciudadano de origen venezolano, Jorge Arias Riera (36), con fractura expuesta en una de sus rodillas.
Los otros heridos sufrieron trauma acústico,
salvo una trabajadora que hace aseo en las dependencias donde ocurrió la
explosión, que sufrió la amputación de sus dedos en una de sus manos.
El artefacto explosivo fue instalado en uno de los pasillos de la galería aledaña a la estación de Metro, dando hacia la salida norte del tren subterráneo. El artefacto consiste en un extintor de 2 a 3 kilos relleno con pólvora, un reloj análogo y una pila que contaba con un temporizador.
Cecilia Bobadilla, ayudante de cocina en SubCentro, relató que la explosión se generó a la hora del almuerzo, en un momento de mucha afluencia de clientes.
"Estábamos en hora de colación, estábamos atendiendo mucha gente y de repente vino un sonido muy fuerte. La jefa y yo nos encargamos de dejar todo en la cocina porque pensábamos que había sido algo, y salimos y nos vimos con la sorpresa de una imagen desgarradora. Mucho olor a hierro y la gente tirada", afirmó.
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