Cuando sean las 23:59:59, el
reloj marcará 23:59:60. Luego, llegará la hora cero. Las razones y un relato
sobre el “atraso” del tiempo. Esto significa que el último minuto tendrá 61
segundos, en lugar de 60.
¿Por qué pasa esto?
Por la
ralentización del movimiento del planeta tierra.
"La rotación de la Tierra
está disminuyendo de velocidad de forma gradual, por lo que los segundos de más
(llamados intercalares) son una forma de compensarlo", aseguró Daniel
MacMillan, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard, de la NASA.
Este “ajuste” es necesario
para mantener sincronizados los relojes atómicos de todo el mundo, de modo que
también lo estén con el movimiento de la Tierra.
No obstante, ni nuestro
planeta gira siempre a velocidad constante ni las cifras son siempre iguales.
En sentido estricto, un día
debería durar 86.400 segundos, pero la NASA considera que esta medida dejó de
ser exacta alrededor del año 1820.
Desde entonces, la mayoría de
días tienen dos milésimas de segundo más que el día anterior, una diferencia en
la que también influyen otros factores como las variaciones climáticas, las
corrientes oceánicas, los terremotos o las mareas.
Esto se debe a una
ralentización gradual debido a una fuerza de frenado causada por la lucha
gravitatoria entre la Tierra, la Luna y el Sol.
En 1970 un acuerdo
internacional reconoció la existencia de dos escalas de tiempo: el período de
rotación del planeta y el llamado Tiempo Universal Coordinado o UTC.
El primer segundo extra se
añadió en 1972. Desde entonces, los relojes internacionales añadieron un
segundo por año hasta 1999. A partir de ahí la frecuencia se redujo y entre el
año 2000 y el 2015 solo se sumaron tres segundos. El de este martes será el
cuarto.
En los casos anteriores no se
han registrado consecuencias al realizar este ajuste. Únicamente, en 2012, se
produjeron problemas en Internet.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario