Si
crees que la vida de una candidata de Miss es fácil y siempre
perfecta, conoce un poco la historia de esta hermosa joven, que sueña con
representar a nuestro país.
Para Alía
Grace de los Robles tener una corona en la cabeza es un gran logro que
jamás se imaginó alcanzar. De niña veía por televisión muchos certámenes de
belleza en compañía de sus padres, siempre fascinada por el encanto como de
cuento de hadas que envolvía al concurso.
La
infancia de Alía no fue sencilla, sufrió bullying a causa de su elevada
estatura . A los 12 años medía 1. 75 (6 pies), algo que no es usual en
Perú. Sin embargo, sus padres la apoyaron y lejos de ver su estatura como un
problema, la enseñaron a verla como un don. Fue su madre quien la impulsó a
incursionar en el mundo del modelaje y para los 13 años logró su primer trabajo
formal.
Tampoco
fue sencillo ingresar a este mundo y ha confesado que le costó mucho trabajo
hacerlo y se siente muy orgullosa de haberlo logrado. Uno de sus grandes
deseos es poner el nombre de su país en el alto y mostrarle al mundo
todos los tesoros de Perú.
Alía Grace de los Robles
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